El trueque
El trueque era la manera en que
las antiguas civilizaciones empezaron a comerciar. Se trata de intercambiar
mercancías por otras mercancías de igual o menor valor. El principal
inconveniente de este tipo de comercio es que las dos partes involucradas en la
transacción comercial tenían que coincidir en la necesidad de las mercancías
ofertadas por la otra parte. Para solucionar este problema surgieron una serie
de intermediarios que almacenaban las mercancías involucradas en las
transacciones comerciales.
Introducción de la moneda
La moneda, o dinero, en una definición más
general, es un medio acordado en una comunidad para el intercambio de mercancías
y bienes. El dinero no solo tiene que servir para el intercambio, sino que
también es una unidad de cuenta y una herramienta para almacenar valor.
Históricamente ha habido muchos tipos diferentes de dinero, desde cerdos,
dientes de ballena, cacao, o determinados tipos de conchas marinas. Sin
embargo, el más extendido sin duda a lo largo de la historia es el oro.
Las rutas comerciales
A lo largo de la Edad Media,
empezaron a surgir unas rutas comerciales transcontinentales que intentaban
suplir la alta demanda europea de bienes y mercancías, sobre todo de lujo.
Entre las rutas más famosas destaca la Ruta de la Seda, pero también había
otros importantes como las rutas de importación de pimienta, de sal o de
tintes.
El comercio a través de estas
rutas era un comercio directo. La mayor parte de las mercancías cambiaban de
propietario cada pocas decenas de kilómetros, hasta llegar a las ricas cortes
europeas.
Surgimiento de la banca
Entre los servicios ofertados
estaba el transporte de dinero. Los peregrinos podían ingresar dinero en un
establecimiento y después ir a otro establecimiento y retirarlo, incluso entre
países diferentes, lo cual contribuía a la seguridad en los caminos. Esto fue
la primera letra de cambio.Los miembros no combatientes de la orden del Temple
(Los Caballeros Templarios
Comercio transatlántico
Antes del siglo XIX las travesías
transatlánticas entre América y Europa se hacían en barcos de vela, lo cual era
lento y a menudo peligroso. Con los barcos de vapor, las travesías se convirtieron
más rápidas y seguras. Entonces empezaron a surgir grandes compañías oceánicas
con travesías muy frecuentes. Pronto, el hecho de construir el mayor
transatlántico, rápido o lujoso, se convirtió en un símbolo nacional.
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